Controlar el colesterol: alimentación saludable
Actualmente y después de varios años de investigación, la fibra dietética forma parte de lo que se considera una dieta saludable.1
La fermentación de la fibra, por parte de las bacterias colónicas, va a tener efectos beneficiosos tanto directos como indirectos para la salud.1
Se sabe que la flora intestinal coloniza el tracto de los infantes desde los primeros días de su nacimiento, como consecuencia del contacto con el ambiente. Va a ir cambiando a lo largo del tiempo por diversos factores externos como la dieta, medicación, clima, estrés etc., aunque se mantiene en relativo equilibrio en el individuo sano hasta edades avanzadas.1
Se define como fibra dietética “a la parte comestible de las plantas o hidratos de carbono análogos que son resistentes a la digestión y absorción en el intestino delgado, con fermentación completa o parcial en el intestino grueso.”1
La fibra va a jugar un papel en todas las funciones del sistema digestivo desde la masticación hasta la evacuación de las heces.1
El cuerpo necesita algo de colesterol para funcionar bien. Pero si se tiene demasiado colesterol en la sangre, se puede pegar en las paredes de las arterias, estrechándolas o incluso bloqueándolas. Esto lo pone en riesgo de enfermedad de las arterias coronarias y otras enfermedades del corazón.2
Hay algunas medidas que se pueden tomar para bajar el colesterol malo (LDL) y subir el colesterol bueno (HDL).2
Limitar los alimentos con colesterol. Si estás tratando de bajar tu colesterol, debes consumir menos de 200 mg al día. El colesterol se encuentra en alimentos de origen animal como el hígado y otras vísceras, yemas de huevo, camarones y productos lácteos de leche entera.2
Comer mucha fibra soluble. Los alimentos ricos en fibra soluble ayudan a evitar que el tracto digestivo absorba el colesterol.2
Se ha comprobado que el consumo de fibra alimenticia mejora las concentraciones de grasas en el suero sanguíneo.3
Los efectos fisiológicos y clínicos de las fibras solubles e insolubles tienden a ser distintos.
La fibra soluble (Metamucil®) retrasa el vaciamiento gástrico, vuelve lento el paso de los alimentos por el intestino delgado y ejerce poco efecto sobre la masa fecal, disminuyendo las concentraciones de colesterol en la circulación y reduciendo el incremento de la glucosa sanguínea después de las comidas.3
En contraste, las fibras insolubles no afectan al vaciamiento gástrico, sino que tienden a acelerar el paso del bolo alimenticio por el intestino e incrementar la masa fecal; no suelen afectar al colesterol ni a la reacción de la glucosa sanguínea, pero ejercen efectos importantes sobre la regularidad de las evacuaciones y la masa fecal.3
La fibra soluble puede reducir la absorción del colesterol en el torrente sanguíneo. 10 gramos o más de fibra soluble al día disminuyen el colesterol LDL o malo.2
A nivel del estómago las fibras solubles, como consecuencia de su viscosidad, El consumo regular de 20-30 g/día de fibra total, reduciría el riesgo de enfermedad cardiovascular entre un 12% y un 20%. 1,2
En el intestino delgado la fibra soluble, nuevamente por la formación de soluciones viscosas, enlentece el tiempo de tránsito. También aumenta el espesor de la capa de agua que ha de traspasar para las grasas y el azúcar, disminuyendo su absorción.1
Asimismo, se producirá una disminución en la absorción de los ácidos biliares, que es una sustancia que se forma a partir del colesterol. Como consecuencia de la eliminación de ácidos biliares se pueden disminuir los niveles de colesterol, al utilizarse en la síntesis de nuevos ácidos biliares.1
En conjunto, las pruebas existentes indican que el efecto reductor del colesterol de las fibras alimentarias se debe a más de un mecanismo, por lo cual, su consumo es parte importante de los hábitos alimenticios para disminuir el colesterol.3